Vigilancia volcánica
La vigilancia volcánica consiste en
realizar mediciones sistemáticas y periódicas de diferentes parámetros
físicos y químicos de los volcanes activos con el objetivo de establecer las
LÍNEAS BASE de su comportamiento e identificar cambios que puedan indicar una
posible reactivación volcánica.
La medición de estos parámetros se realiza a través de diferentes técnicas
de monitoreo y con el apoyo de los observadores locales.
Los volcanes que se monitorean a través del Programa
de Vigilancia Permanente y las redes
de instrumentación son el de San Miguel, el de San Salvador, el de Santa
Ana, el volcán de San Vicente y el de Izalco. También se realizan tareas de
vigilancia en el Lago de Ilopango.